sábado, 11 de junio de 2011

Resiliencia condicionada


El domingo 27 de febrero del 2010, un terremoto de 8.8 en la escala de Richter sacudió Chile. Los daños causados por lo que declarado como el peor desastre natural que ha afectado al país sudamericano, van desde casas y edificios hasta vegetación y sistemas ecológicos.

Los esfuerzos estatales por la recuperación y ayuda se han centrado en la restauración de la vivienda e infraestructura, sin embargo los daños ambientales no se pueden perder de vista.

Incógnita. El problema que mantiene a las autoridades ambientales en duda de cómo actuar es si dejar que la naturaleza se recupere por sí sola, o intervenir en su recuperación.

A pesar de que los sistemas naturales pueden sufrir perturbaciones y luego readaptarse al ambiente previo, los contaminantes externos que fueron arrastrados por las corrientes del maremoto hacia las zonas más afectadas (los humedales),  podrían causar deficiencias en el proceso.
 
Dada esta situación, los humedales que no han sufrido ninguna perturbación, podrían recuperarse naturalmente, pero aquellos que ya fueron dañados por algún evento natural o por el ser humano, necesitarían asistencia para su recuperación.

Estos factores son críticos en la actuación de las autoridades ambientales en la búsqueda de contribuir con una exitosa recuperación del sistema natural, y establecer de nuevo un balance ecológico en Chile.

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